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- II -
LA SEXUALIDAD: FILOGENIA E HISTORIA
1.-LA SEXUALIDAD EN EL ANIMAL Y EN EL HOMBRE
PRIMITIVO
En una obra anterior (Maffei, 1995) intent definir aquellos datos
que me parecieron esenciales en orden a demarcar los lmites entre los campos de la sexualidad animal y
la humana. Propona all, en tanto diferencias esenciales entre una y otra, las siguientes
caractersticas exclusivas del homo sapiens sapiens:
en su caso la sexualidad es una actividad
voluntaria, selectiva,
dialogal, evolutiva,
recreativa, y sobre todo donativa.
Intentemos una escueta sntesis de aquel trabajo.
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Afirmar que la sexualidad humana es voluntaria significa
que la misma no depende slo de la necesidad de descargar tensin, como sucede en los animales
superiores, ya que en el hombre resulta controlable y pasible de ser elegida libremente: as lo
demuestra la posibilidad de una abstinencia sanamente tolerable, comprobada en diversas circunstancias
existenciales.
En lo que se refiere a la selectividad del objeto sexual
-que en cierta medida compartimos con un respetable nmero de especies zoolgicas- resulta evidente que
en el campo humano, es decir, el de la organizacin reflexiva de la materia, dicha selectividad se
caracteriza por la inclusin de los niveles superiores de integracin del ser, precisamente
definitorios de tal modalidad organizativa. La consecuencia material ms significativa es que en el
hombre, hasta las ms pequeas variaciones cualitativas del objeto son capaces de provocar aumento,
disminucin e, inclusive, desaparicin de la tensin impulsiva.
Que la sexualidad humana pueda definirse como dialogal es
el resultado, entre otras cosas, de la especial disposicin del aparato genital femenino que permite el
coito mirada a mirada. Tal comportamiento es, en s mismo, uno de los mecanismos fundamentales de
estructuracin del ser dual. Se trata de un mecanismo tan esencial al respecto, como lo es el
amamantamiento mirada a mirada para la constitucin de la personalidad individual del beb. Segn
Teilhard de Chardin (1963), nuestra sexualidad es la primera y nica en la Creacin que
trasciende el objetivo de la propagacin y se dirige a la sntesis constituda por la molcula
humana que, reiteramos, podemos considerar como esencialmente dual. Por otra parte, el hecho de
que la sexualidad del hombre no dependa estrictamente de la procreacin, como sucede en el mundo animal,
condiciona su especfica dimensin recreativa. Por cierto que abordar el tema
de la sexualidad dialogal implica reflexionar, aunque slo sea en forma muy breve, sobre cul es el
momento filogentico en que esta funcin puede incluir en su seno la comunicacin humana, y sobre los
vnculos existentes entre ambas caractersticas vitales. Perinat (1993) sostiene que
"la comunicacin ha evolucionado en torno a la reproduccin sexual, o lo que viene a ser lo mismo,
en torno a la accin concertada ms primordial biolgicamente". Recurrir a otras tres citas de
la misma obra con el fin de aclarar algo ms este aspecto del tema: "una de las vas de la evolucin
es la que va del procesamiento de la seal al estado puro (es decir como lo procesara un
detector fsico o qumico adecuado) a la seal como suceso circunstanciado". A rengln
seguido dice nuestro autor: "estoy planteando la aparicin del contexto de las seales y
anticipando lo que, en el vocabulario cientfico se conoce por pragmtica. Insistir
en que la nocin de contexto est ligada al aparato perceptivo del animal y, en general, a sus
capacidades psquicas (niveles de complejidad de procesamiento)". Por fin, y casi a
continuacin, subraya que "un momento culminante en la evolucin de la comunicacin es cuando el
receptor incorpora una representacin del emisor como congnere y, adems, un registro
(memoria) de sus interacciones previas con l".
En cuanto a la caracterstica de la evolutividad, la
sexualidad humana es tambin la nica que se manifiesta en todas las etapas de la vida, y que lo hace,
en cada una de ellas, con particularidades intervinculadas a travs de coherentes lneas de desarrollo:
hay una sexualidad pregenital que sufre importantes cambios evolutivos a lo largo de los aos de
infancia, cambios que continuarn en las edades posteriores, hasta la senectud.
La citada evolutividad no es patrimonio exclusivo de
la ontogenia: la sexualidad humana, a travs de la filogenia, est estrechamente ligada al destino del
Cosmos. En 1936 Teilhard describa, a la manera de culminacin del proceso de
hominizacin en el campo de la sexualidad: "Slo se aman legtimamente aquellos a quienes la pasin
conduce a ambos, uno por el otro, a una posesin ms elevada de su ser. As, la gravedad de las
faltas contra el amor no es ofender no s qu pudor o virtud. Consiste en derrochar, por
negligencia o por voluptuosidad, las reservas de personalizacin del Universo" . Apoyndonos en
esta concepcin, no slo estamos en condiciones de fundamentar el carcter evolutivo de la sexualidad
humana, sino tambin su profunda naturaleza donativa, tan vinculada con la
solidaridad -verdadera marca de fbrica del homo sapiens sapiens-.
Hasta aqu el resumen de lo sostenido en la obra citada (Maffei,
1995), creo adecuado entonces complementar ahora esta sntesis agregando con mayor detalle la
"Conclusin" que pona punto final a aquel ensayo: existen por lo menos tres pticas posibles
para la comprensin de la vida sexual, a las que arbitrariamente denominaremos "maniquea, hedonista
y evolutiva".
"La concepcin maniquea, hoy en retroceso, considera a la sexualidad como una
actividad humana -se la juzgue o no sospechosa- siempre y necesariamente vinculada a la procreacin".
Ya hemos visto, siguiendo el pensamiento de Teilhard, en qu medida tal modo de ver choca con la
realidad humana. Agreguemos aqu que una de las consecuencias ms salientes de adoptar esta ptica es
que la contencin del impulso termina por convertirse en un fin en s misma. "Esta forma de
comprensin del fenmeno suele ser exclusiva o predominantemente inconsciente, ello hace que un vago
e inexplicable sentimiento de culpa sobrevuele a cualquier tipo de conducta sexual, sobre todo si no
se ajusta a los cnones que se suponen permanentes" (ibid).
En el extremo opuesto del espectro conceptual, "la visin hedonista traslada el
eje de la sexualidad desde la culpa a su carcter voluptuoso" (ibid). Entre sus consecuencias se
destaca la "poligamia secuencial, esa caleidoscpica sucesin de parejas conyugales que hoy
caracteriza a ciertos grupos sociales" (ibid). En determinada literatura el amor, tal como lo
define Fromm, es sustitudo por la "descripcin ms o menos detallada de una serie
de coitos placenteros" mientras "la felicidad se reduce a dicho placer y a la alegra que el
mismo indudablemente aporta". Asumiendo semejante posicin sepuede llegar al extremo, como dice
Trimbos (1968), de que "la comunidad sexual, considerada como relacin adulta entre
personas unidas por el amor, quede reducida a esta forma adolescente e inmadura de provocarse
mutuamente el orgasmo". El autor holands termina por calificar duramente a esta modalidad de la
sexualidad, como una verdadera patologa de la comunicacin.
Recurriremos nuevamente a Teilhard de Chardin (1963), para
sintetizar la ptica evolutiva de la sexualidad en tanto conducta no
exclusivamente vinculada a la procreacin: "La Vida no se propaga por propagarse, sino para acumular
los elementos necesarios a su personalizacin. Cuando se aproxime, pues, para la Tierra la madurez de
su Personalidad, los Hombres debern reconocer que no se trata simplemente de controlar los
nacimientos, sino que lo que importa, sobre todo, es dar su plena expansin a la cantidad de amor
liberada del deber de la reproduccin".
Sobre esta base plante, en el citado "Tres Reflexiones Antropolgicas"
(Maffei, 1995), parafraseando a Fromm, que "la sexualidad evolutiva es aquella
que est al servicio del amor y que por lo tanto implica conocimiento y cuidado del,
respuesta al y respeto por el objeto".
Marcadas as sucintamente las caractersticas diferenciales de la sexualidad
humana, cabe preguntarse de qu forma la sexualidad animal vino a dar la nuestra. Indudablemente la
elaboracin de una respuesta implica exactamente las mismas dificultades que hallamos cada vez que
enfrentamos el problema etiolgico en cualquier aspecto del proceso de hominizacin.
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