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familia
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* La familia moderna.-
Los fundamentos bsicos de la nueva familia podran sintetizarse diciendo que el acento pas de la solidaridad comunitaria a la autorrealizacin, es decir a una ptica individualista y a las relaciones emocionales entre los miembros de un grupo, el cual, por otra parte, estaba sufriendo una franca disminucin numrica. |
Shorter (ibid)
se explica el cambio como el resultado de
"una subcultura de los oprimidos, como un nuevo cdigo de conducta que reuna a la gente de clase baja que se senta desgarrada de su contexto tradicional en el torbellino de la economa de mercado"
. Como se ve, para este autor, la comprensin del fenmeno no se reduce a las condiciones en las que vivan los pobres, sino que tambin se ampla, coextensivamente, a las consecuencias filosficas del nacimiento del capitalismo y su necesaria afirmacin individualista en las clases dominantes.
En sntesis lo cierto es que la familia termin por romper las amarras que haban asegurado su estabilidad a lo largo de varios siglos: la solidaridad dependiente con la comunidad, la ligazn estricta con los antepasados, y el fuerte vnculo con la parentela.
Los cambios resultaron autnticamente revolucionarios: ya no se eligi pareja de acuerdo a convenciones colectivas, sino en base a una seleccin personal de aquellas caractersticas del cnyuge que ms parecan asegurar la dicha propia, con lo que el amor romntico hizo su entrada triunfal en el mbito familiar; los nios pasaron a ocupar un lugar progresivamente privilegiado en el ncleo, brindndole as al amor materno un estilo muy prximo al actual; la intimidad y la privacidad se convirtieron en bienes imprescindibles; y la sexualidad sufri las mutaciones que analizamos en el Captulo II.
La familia de las primeras etapas de la poca moderna parece haber guardado una cierta proporcin demogrfica con el sector social de pertenencia: ms numerosa en las clases altas y ms reducida en las bajas. Por ejemplo, y segn
Burguire (1988),
entre mediados del siglo XVI y comienzos del XIX,
"el tamao medio de la familia inglesa era de 4,7 personas; pero la media se elevaba hasta 6,6 entre los gentlemen y descenda a 3,9, en el caso de los paupers".
Si para definir a la familia se tomara en cuenta a todos aquellos que conviven bajo un mismo techo, las diferencias se exageraran, dado que en las grandes propiedades vivan no slo los miembros del grupo familiar sino tambin criados y servidores, artesanos y braceros. Un claro testimonio de la interrelacin estrecha entre los rasgos de la organizacin familiar y los factores econmcos es que en los Alpes austracos, cuya vida giraba en torno a la produccin ganadera,
"el tamao de las familias en 1781 vara exactamente con el de los rebaos".
Una vez analizados los cambios en la estructura y funcionamiento familiar que comprobamos en el curso de esta etapa histrica, es conveniente dejar sentados tambin los costos implicados en la ruptura con la comunidad inmediata y con las tradiciones, as como tambin en el relativo encierro del grupo en la intimidad hogarea. La sntesis de tales costos sera: el progresivo relajamiento de los controles ejercidos por el padre y la madre sobre los hijos adolescentes, y la marcada disminucin de la estabilidad conyugal. De alguna manera en otra parte de esta obra hemos dado cuenta del segundo de estos costos. Segn vimos, la historia del divorcio y de otras crisis conyugales es una consecuencia de haber fundado la consistencia de la pareja no en la solidaridad comunitaria, sino en los sentiminetos individuales, por cierto mucho ms inestables. Ahora nos queda por considerar que la ruptura entre el matrimonio y las slidas y relativamente inmutables tradiciones ancestrales hizo
que las parejas de padres dejaran de ser un eslabn en esa interminable cadena de usos y costumbres de direccin previsible, para convertirse en una nsula cuyo mensaje de valores perdi fuerza paulatinamente frente a los hijos. No otra es la razn de la disminucin de la eficiencia del control sobre la conducta de stos, sobre todo durante la adolescencia.
* La familia postmoderna.-
El control de los hijos al que hiciramos referencia en las ltimas lneas del apartado anterior alcanz su punto ms bajo en los decenios ms recientes, perodo en el que se anotan tambin otras diferencias caractersticas.
Ante todo puede hablarse de una plenificacin de la relacin madre-hijo, complementada, por lo menos en la clase media, por un notorio incremento de la participacin paterna. Paralelamente, y de manera contradictoria, el desarrollo tecnolgico y la ampliacin de los ncleos poblacionales, con la consiguiente complejificacin social, ha hecho que la comunidad dependa cada vez menos de la estructura familiar, y cada vez ms del sistema legal vigente, complicado e impersonal.
Beals y Hoijer (1963)
ya advertan el aflojamiento de los lazos de parentesco al sealar que
"un extrao con el que simpatizamos puede significar incomparablemente ms para nosotros, e inspirar acciones de amistad negadas a un pariente antiptico".
Davis (1965)
describe una situacin familiar similar a la que estamos exponiendo, y ve en ella la causalidad de la disminucin numrica de hijos en cada ncleo hogareo. Pero adems, teniendo en cuenta el poderoso componente tecnolgico de los cambios, acaba por concluir que un rasgo definitorio de nuestra poca es la transferencia de crecientes porciones del proceso educativo, que eran todava privativos de los padres, ahora en manos de la colectividad, representada aqu por la escuela y,o los equipos electrnicos. Ante esta comprobacin cabra preguntarnos si por tal va no se estar debilitando la privacidad de la familia postmoderna, lograda tan esforzadamente hace algo ms de dos siglos.
Convergiendo con lo recin afirmado, vale la pena recurrir a una extensa cita de
Davis (ibid)
referida al urbanismo que para l es quien
"oblig a los individuos a colaborar con innumerables personas con las que no tienen parentesco. Los estimul adems, a incorporarse a grupos especiales de inters arrancndolos, as, de la familia, no especializada y heterognea, y con sus amplias diferencias de sexo y edad. Sustituy los controles informales de la pequea comunidad por los controles legales, y someti a la familia, con su arcaica combinacin de intimidad y convencionalismo, a dos tipos de competicin: la de las asociaciones impersonales que persiguen intereses particulares en una forma racional, y la de las intimidades no convencionalizadas que no implican obligaciones a largo plazo. La ciudad annima ha convertido, de tal modo, los negocios, la recreacin, las relaciones sexuales y, en rigor, casi todas las actividades en posibles competidores de la familia".
En una sociedad regida por el maquinismo y el nuevo capitalismo, en la que
"las posiciones verticales son llenadas nada ms que por el logro individual"
(ibid)
, el consecuente individualismo invadi la estructura ntima de la familia, y por lo tanto las funciones de sta declinaron.
A propsito de la influencia de la actual modalidad capitalista, que
Tresca (1998)
ha caracterizado como
"La deificacin del mercado"
, es necesario agregar que la progresiva exclusin del sistema econmico de un importantsimo grupo humano, ha generado una doble inseguridad: la derivada de la prdida del trabajo, o del temor a perderlo en breve lapso, y la producida por la delincuencia violenta que brota y se expande gracias a la misma exclusin. A partir de semejantes datos no resulta nada agradable formular pronsticos a corto plazo, aunque esperemos confiadamente que la comunidad ya debe estar fabricando los anticuerpos como para controlar tan grave
patologa
social. Uno de ellos es, con seguridad, la reinsercin en las tareas hogareas del varn -por lo menos de clase media- a la que aludimos al comienzo de este apartado y a la que nos referimos con myor nfasis en el Captulo IV.
Un texto que se refiere a la historia y que en su desarrollo llega hasta nuestros das constituye una poderosa tentacin de hacer futurologa. No es esa mi intencin, por lo tanto prefiero dejar trunco el hilo del tema en este punto, no sin antes insistir en que es imprescindible abstenerse de interpretaciones apoclpticas sobre la situacin actual. Para ello es bueno recordar que cuando la primera joven de una familia tradicional enfrent a su padre y exigi elegir por s misma su futuro cnyuge, debe haber producido un terremoto emocional en su grupo que, con toda seguridad, habr credo ver tambalear toda la civilizacin occidental, sin darse cuenta que algunas de las novedades eran pasos positivos de la evolucin, y mucho menos deben haber advertido cules iban a ser los costos reales de esa revolucin. Los cambios que estamos comprobando en nuestra poca nos asustan, tanto por su profundidad como por su velocidad, pero nada nos permite discernir entre progresos y costos reales.
De todas maneras la historia de la modalidad reflexiva de la materia ha demostrado fehacientemente que, con altibajos indudables, nunca abandon su marcha hacia la unidad humana, esa unidad que para Teilhard de Chardin anuncia un nuevo estado de la Evolucin de la materia: hasta aqu materia inorgnica – materia viva – materia reflexiva, y a partir de la culminacin de nuestra etapa csmica, materia unida por amor.
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