Revisión teórico práctica


admin - Posted on 31 Agosto 2012

En este apartado realizaremos una síntesis de conceptos de psicología evolucionista que se han trabajado a partir de las clases de la cátedra, resumiendo aspectos relevantes para la comprensión de la perspectiva evolucionista.

 

DESARROLLO PSICOMOTOR

Cuanto más temprano nos situamos en el desarrollo, las adquisiciones dependen más de la biología, de la misma manera que cuanto más nos alejamos en la vida del niño, más dependen de la cultura y el ambiente. Los primeros logros serán considerados "psicomotrices" por esa interfaz entre lo motor y lo psicológico, que tanto cuesta diferenciar en las primeras observaciones de niños.

La actividad motriz -coordinada y satisfactoria- requiere la maduración e integridad física de las vías motoras piramidales, extrapiramidales y cerebelosas. Pero también implica el logro afectivo-cognitivo de un esquema corporal -tanto estático como dinámico- que sustente cada pauta de movimiento.
La ínter vinculación entre reflejos neonatales y conductas voluntarias permite pensar que los primeros podrían ser considerados como precursores evolutivos de las segundas. Es decir que los reflejos serían los carriles biológicos en los que se basan las conductas intencionales posteriormente en la vida del niño.
Este desarrollo motor que se describió requiere, para su logro, la maduración del sistema neuromotriz, aunque ésta no es condición suficiente y única del proceso. Su evolución requiere la interacción con el medio humano, representado esencialmente por los padres. Ellos proporcionan el marco de seguridad y los estímulos necesarios para el establecimiento de este logro.
 

Consecuencias del desarrollo motriz:

Control esfinteriano

Cada uno de los movimientos desarrollados anteriormente provocan la alegre sorpresa de los adultos. Esta expectativa positiva, y muy especialmente la de los padres, motoriza los progresos del niño. Es bien sabido que no existe motivación más fuerte que ésta para el crecimiento y el desarrollo psíquicos.
En el caso favorable, cuando las normas familiares y sociales tienden a encauzar y guiar esta tendencia hacia su consecución, el control esfinteriano se vuelve posible, dando una dirección precisa a la micción por ejemplo.
Sin embargo la gran adquisición del segundo o tercer año es el control del esfínter anal, que será alcanzado en la medida que el niño pueda entender las expectativas de los padres. Se trata del primer control voluntario del cuerpo que no obedece a una necesidad básica como alcanzar comida o movilizarse. Se trata de una adquisición cultural.
El control esfinteriano será la base para nuevos intercambios que comienzan en esta etapa a complejizarse, en la medida que eñ niño entiende lo que le sucede a los demás, y va desarrollando una "teoría de la mente".
En la escala zoológica, los mamíferos superiores tienen un relativo control de esfínteres para demarcar territorio, pero esto obedece a un estricto modelo instintivo, no tiene nada de intencional.

 

El desarrollo psicomotriz y el ambiente

El desarrollo psicomotor del niño requiere de lo neurobiológico y al mismo tiempo del ambiente.
Cuando nos referimos a lo neurobiológico estamos haciendo referencia al equipamiento de base con el cual el niño llega al mundo, este esta plagado de reflejos y de conductas arcaicas, que irán desapareciendo y transformándose, en el intercambio que el niño mantenga con el mundo, de manera de lograr una mayor adaptación a la cultura.
El ambiente no es tan sólo el espacio circundante al niño, esta sobre todo marcado por sus vínculos filiares, es decir su padre y su madre. Es en las primeras relaciones que el niño tiene con su madre y en los intercambios que se produzcan entre los mismos que se podrá ir logrando la evolución de las conductas motoras del niño.
Al nacer y durante las primeras semanas de vida el niño recibe constantes informaciones de índole extero, propio e interoceptivo, y es en la interrelación entre esos niveles de información que podrá irse constituyendo como un ser humano.
También cabe aclarar que el desarrollo psicomotor es complejo en su forma y que más allá de tener unas pautas básicas que tienen que ver con la especie, gran parte de su evolución es gracias a la existencia de los vínculos humanos y a las relaciones que ese niño mantiene con sus padres, y con el ambiente que lo circunda.